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    Madres en las fronteras

    Las mujeres cruzan fronteras en busca de un futuro mejor para ellas y para sus familias o huyendo de distintas formas de violencia. 

    Gema Fernández, abogada de la dirección legal de Women's Link Worldwide, explica en este post cómo, en muchas ocasiones, las autoridades estatales las separan de sus hijos e hijas

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    Madres en las fronteras Oumo Totopa mira la foto de su hijo mientras estaba separada de él en septiembre de 2017 © Laura Martínez Valero / Women's Link Worldwide

    A lo largo y ancho del mundo, las mujeres cruzan fronteras en busca de un futuro mejor para ellas y para sus familias o huyendo de distintas formas de violencia. Muchas veces viajan con sus hijos e hijas para que tengan acceso a mejores oportunidades. En ocasiones son separadas de ellos por las autoridades estatales de migración en base a prejuicios de género, racistas y discriminatorios.

    Desde Women’s Link hemos visto cómo esto sucede en varias fronteras del mundo, desde la frontera entre Estados Unidos y México hasta países europeos como España, donde las mujeres que llegan en patera desde África se enfrentan a esta situación. Una vez en territorio español, es frecuente que las autoridades las mantengan separadas de sus hijos e hijas durante semanas o meses hasta verificar mediante pruebas de ADN que ellas son sus madres.

    Esto sucede incluso aunque presenten documentación oficial (pasaporte, libro de familia, etc.) que acredite su relación. Durante ese tiempo no les permiten tener ningún contacto, ni siquiera a través del teléfono. Esta situación es desesperante para las madres, cuya salud mental y física se ve dañada por la angustia de la separación y la incertidumbre de no saber si podrán volver a reunirse con sus hijos e hijas.

    Así le sucedió a Oumo Totopa, una mujer procedente de Costa de Marfil que Women’s Link representó legalmente. En el año 2017, Oumo y su hijo llegaron a España en pateras diferentes y las autoridades españolas les mantuvieron separados durante más de 6 meses, sin darle la información necesaria sobre el proceso a seguir para probar la relación de filiación con su hijo y reunirse con él.

    Junto a la Fundación La Merced Migraciones llevamos su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Tras años de espera, el Tribunal nos notificó su decisión en junio de 2022 y, para nuestra decepción, desaprovechó la oportunidad de sentar un precedente que proteja los derechos de las madres migrantes que llegan a Europa acompañadas por sus hijos e hijas. El Tribunal archivó el caso por cuestiones formales y, además, consideró que Oumo y su hijo habían estado separados durante un tiempo “razonable”. Esto da muestra de las dificultades que enfrentan estas mujeres para acceder a la justicia.

    Y yo me pregunto: ¿cuántos meses sin ver a tu hijo son demasiados? ¿Habría seguido el Tribunal el mismo criterio si se hubiera tratado de una familia blanca? ¿Por qué en las fronteras se permiten vulneraciones de derechos que serían impensables en otros lugares?

    Women’s Link también ha documentado cómo las mujeres migrantes pueden ser separadas de sus hijos e hijas incluso tiempo después de haber llegado a países europeos. En nuestro informe “Madres en las redes de trata: derechos robados” (2017) analizamos la separación de mujeres víctimas de trata de sus niños y niñas en cuatro países europeos: España, Francia, Alemania y Dinamarca.

    En todos ellos encontramos mujeres que habían sufrido separaciones debido a decisiones de los tratantes o de los sistemas de protección a la infancia. Algunas de ellas llevaban años buscando a sus hijos e hijas, que habían sido dados en adopción, con la esperanza de recuperarlos. En ninguno de los casos identificados había existido maltrato o negligencia por parte de las madres hacia sus hijos e hijas. Las autoridades les habían retirado a sus niños y niñas por su situación como víctimas de trata, entendida como un factor de riesgo, o porque su forma de ejercer la maternidad era muy diferente a la europea, que se impone como único modelo válido.

    Es triste ver cómo, en todo el mundo, en lo que se refiere a familias migrantes, las autoridades entienden que proteger el bien superior de un niño o una niña pasa por separarlo de su madre, que es su figura adulta de referencia y apego, y “colocarlo” en un sistema de protección rodeado de personas que no conoce y que, en muchos casos, ni siquiera hablan la misma lengua.

    Desde Women’s Link seguiremos trabajando para proteger el derecho de las mujeres migrantes a permanecer junto a sus hijos e hijas y para que los sistemas de protección se enfoquen en proteger a las unidades familiares, en lugar de destruirlas, y amplíen su entendimiento de lo que significa ser una “buena madre”.

    Si quieres apoyar nuestro trabajo para que las mujeres migrantes puedan permanecer juntos a sus hijos e hijas, puedes hacerlo aquí.

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